marzo 09, 2016

Basta ya.

Muchos días, años, sin saber con quien hablar, ni siquiera saber que eso era necesario, exteriorizarse. Mucho tiempo sola, aprendiendo a valerme por mi misma, ayudándome sin necesidad de alguien más, a resolver mis problemas sola. 
Mucho tiempo con una sola compañía, la soledad o prefiero decir, yo. Crecí creyendo que las cosas salen mejor si las haces vos mismo sin que te ayuden. Crecí creyendo que no se necesita de alguien más para divertirse, con imaginación podes crear tu propio mundo donde solo vos habitas. 
Nadie me hizo ver que eso no estaba bien, que no jugar, no hablar ni nada con otros chicos después iba a costarme (horrores). Todos me hicieron ver que ser una chica callada, que no necesita de mucho para entretenerse, que no demuestra lo que siente en verdad y con cierta independencia, estaba bien, que era buena, inteligente. Así crecí durante toda mi vida, creyendo en esas cosas, me hicieron quien soy ahora. 
No me dijeron que algún día iba a necesitar ayuda de alguien, de un amigo o quien fuere, VI Y ENTENDÍ que los problemas los resolves vos, que no necesitas ni a tu mamá si por la noche sentís miedo ni a un amigo si tenés algo que no te deja dormir. YO PUEDO RESOLVER TODO. 
 Pero, ¿Ahora qué pasa? ¿Qué pasa si tu vida va por otro camino? ¿Qué pasa si tu realidad cambia por que te hacen ver otro punto de vista? ¿Qué pasa con todo lo que crees? ¿Qué pasa con esas nuevas relaciones que haces y no entienden el porqué sos así? No sabes como resolverlo, no sabes como enfrentarlo, como explicar, como hacer entender todo eso que pensás sin darte cuenta que no tuviste un hombro en el cual llorar cuando lo necesitabas, un oído cuando querías hablar, una mano si necesitabas ayuda, y así.. Cómo haces para desenredar todo eso que vos dijiste que podías si al querer contarlo se te hace un nudo en la garganta? 
A veces el camino más fácil es el más complicado. Cuesta abrir los ojos. Cuesta cambiar aquello que tanto te decían que estaba bien, el espacio que uno se crea, esa zona de confort. Uno no prevé que las cosas pueden cambiar, que a veces eso es necesario para poder avanzar, para realizar cosas antes no hechas, cosas que hacen bien, como una amistad verdadera. Aunque intente haciendo lo mejor que puedo no es suficiente, no elegí ser así (conscientemente)  y es difícil entenderlo. Sé que tengo mucho por hablar, pero, estoy hecha de millones de miedos, inseguridades, de silencios, lágrimas, tristeza, eso soy por dentro pero mis ganas de superarlo haciendo la vista gorda fueron más fuerte que todo, llegó el tiempo de que me pase factura.